Nunca el funeral de un líder había acogido a tantos políticos de talantes
distintos y personalidades de posicionamientos históricamente enfrentados. No
recuerdo tampoco haber visto tanta emoción entre las personas que hoy se reunían
en el estadio Soccer City de Johannesburgo para despedir a Madiba, quien
durante los años 90 fue capaz de poner fin al apartheid que imperaba en su
país.
Ante nuestros ojos de ciudadanos occidentales, seguramente algunos se han
mostrado sorprendidos por las imágenes que nos llegaban a través de las
conexiones en directo de los distintos canales de televisión. Miles de
surafricanos coreando, cantando y bailando en homenaje y en recuerdo a su
líder, a aquel Nelson Mandela, que finalmente condujo a la convivencia entre la
población blanca y negra de su país.
¡Qué diferencia entre los rituales de aquí y de allá! En la mayoría de
países africanos, especialmente los denominados países de África negra, las
ceremonias de despedida no se traducen en expresiones de tristeza y
recogimiento interior, algo que sí que marca nuestra tradición, especialmente
marcada por la cultura católica.
Marta Rodríguez, una de las periodistas de Barcelona, que ya hace meses que
vive en Sudáfrica, ofrecía el pasado viernes una conexión para la cadena televisiva
Cuatro y se refería sobre ello en los siguientes términos: “A estas horas los
sudafricanos prefieren cantar a llorar”.
Buen resumen para explicar un ritual y una forma de expresión que desde
nuestro prisma podría vincularse más bien con la celebración por un exitoso
resultado de un partido de fútbol y no por la ceremonia de despedida de un
líder político tan estimado.
Al fin y al cabo quienes estos días han salido a las calles de Johannesburgo
para dar su último adiós a Nelson Mandela lo han hecho con el ánimo de celebrar
su aportación y su particular historia de vida, no su muerte. Definitivamente
todavía tenemos mucho que aprender de ellos, aunque nos separen visiones y
miradas culturales tan distintas.
Efectivamente, tu reflexión me parce muy oportuna. Obviando el posible cinismo evidente en muchas de las personalidades que asistieron al funeral, empezando por el propio presidente actual de Sudáfrica.
ResponderEliminarNo creéis que con el incremento de ceremonias civiles, está empezando a aparecer también en nuestra sociedad otra forma de abordar la despedida a los muertos.Tímidamente también se empieza a hablar de la vida del difunto más que de su muerte
felicidades por lo acertado de tu reflexión.