¿Qué tu gustaría que los tuyos recordaran de ti el
día de tu adiós? ¿Qué lecturas, música y rito te agradaría que se escogiera en
aquella celebración? ¿Cómo te lo imaginas? Estas son preguntas que no nos
acostumbramos a hacer, pero que en algún momento irrumpen en alguna conversación
del entorno más íntimo. Las respuestas no sólo son alentadoras para el
protagonista, sino especialmente para los más allegados.
Hace sólo algunas semanas, una amiga, que es
bailarina de claqué, quiso despedir a su padre al son de las claquetas, una
demostración con la que ella no sólo quiso expresar sus sentimientos –el ritmo,
el baile y la música se le da mucho mejor que la palabra-, sino también
agradecer el apoyo incondicional que sus progenitores le dieron en los inicios
de su trayectoria profesional, cuando decidió colgar sus estudios
universitarios para dedicarse plenamente a su pasión.
Para el día que yo me muera tengo previsto dejar
listo un audiovisual en el que, casi con toda seguridad, grabaré alguna de mis
ocurrencias humorísticas para dar un poco de alegría a la ceremonia. De hecho,
si todavía no me he decidido es porque no tengo claro el impacto que entre el
auditorio y los más allegados pueda ocasionar ofrecer un toque de ironía.
Días atrás, en una reunión con directivos de Grupo Mémora, les trasladaron, a algunos de ellos, la siguiente pregunta: ¿Cómo te
imaginas tu propio funeral? Me llamó especialmente la atención la respuesta de
un compañero que expresó su deseo de escuchar a sus hijos decir que fue un buen
padre y la de otro colega que simplemente lo dejaba en manos de su mujer, dando
por sentado que él fallecería antes.
Lo más sorprendente, tratándose de una empresa
funeraria, fue la respuesta de dos personas que simplemente aseguraron que
ellos no iban a morir, mientras que otros afirmaron que nunca se habían
planteado esta situación, pese a convivir a diario con familias que se
enfrentan a la muerte.
Una empresa de seguros portuguesa ha tenido la
ocurrencia de trasladar esta pregunta a varios testigos para elaborar un vídeo promocional. Las respuestas de los participantes son de lo más variado, pero
todos tienen palabras para describir y explicar la situación. La mayoría opta
por la música, la alegría, el baile y en algún caso incluso por celebrar un
encuentro donde los protagonistas sean la comida y la bebida.
Pero el punto más interesante llega cuando se les
hace la siguiente pregunta: ¿Cómo te imaginas el funeral de tus padres? El
rostro les cambia por completo y dónde había caras de alegría y distensión
ahora hay caras de infinita tristeza e incluso miedo. ¿Qué pasó? No os desvelo
el final, y aunque está en portugués, os dejo con las imágenes para que cada
uno pueda sacar sus conclusiones. Porque simplemente hablan por sí solas.
Nosotros estamos haciendo un estudio para saber qué preferencias tiene la gente sobre su propio funeral. Lo podéis ver y participar en http://www.funeralsolohayuno.com
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